En tiempos modernos Toyota es como esa persona que siempre le tiene que llevar la contraria a todo el mundo. Mientras la gran mayoría invierte en la electricidad y algunos en combustibles sintéticos, para la casa nipona el futuro está en el hidrógeno. Eso no quiere decir que no inviertan en motores eléctricos, solo que lo hacen a regañadientes porque es lo que vende hoy en día. Para Toyota el poder del hidrógeno también está en las pistas, como lo preveen con el GR H2 Concept con el que planean ir a Le Mans en 2026.
Ese año no es coincidencia ya que entrarán regulaciones en la categoría hypercar de resistencia los propulsores que utilicen hidrógeno. Toyota tiene experiencia utilizando este elemento en algunos autos de carrera, como cierto Corolla bastante ruidoso del que alguna vez escribimos. Le Mans es un “campo de juego” que recompensa ese tipo de propulsiones distintas, como lo descubrió Audi en sus años de dominio con un motor diésel y luego Porsche con un concepto híbrido. Así que Toyota quiere ser el siguiente ganador con innovaciones bajo la manga.
El bólido Gazoo Racing del futuro
De forma muy apropiada, Toyota presentó al GR H2 Concept al mundo en esta edición de las 24 horas de Le Mans, con la seria intención de defender los colores del hidrógeno. A simple vista se ve más largo y con una aerodinámica más agresiva que el GR010 que viene conquistando el mundo de la resistencia desde 2021. Toyota nos dice que mide 5 metros de largo y 2 de ancho, aproximadamente lo mismo que un monoplaza de F1 actual, y aquellos autos son verdaderamente enormes.
La configuración que usará el GR H2 es la de un motor a hidrógeno, que en esencia es uno convencional pero con ese elemento corriendo por sus venas y creando la combustión. Siguiendo las tendencias modernas, tendrá motores eléctricos asistiendo la propulsión, otorgando potencia extra y baterías que se recargan con el frenado, sistema que se conoce como KERS en la actualidad. Tal vez eso abra la puerta a sistemas de aerodinámica activa DRS, como en Fórmula 1.
Algo muy curioso es el diseño, porque por más que señalen la nueva filosofía de Toyota como un duplicado de Ferrari, a la marca no le importa. Ahí sale esa imagen corporativa de faros en forma de C en un ángulo con una barra LED que los conecta. En un auto de carreras funciona mejor porque contrario a la naturaleza de un bólido potencialmente más rápido, el diseño es sorpresivamente elegante. Estamos acostumbrados a autos de carrera agresivos, y a veces no apreciamos diseños bien logrados como este, que de paso también es una oportunidad excelente para convencer al mundo que el hidrógeno es una alternativa excelente a la movilidad del futuro. Como dice el viejo adagio, si gana los domingos entonces vende el lunes.
