Esta situación es algo divertida, y perdone la redundancia del título, porque básicamente Lamborghini se “auto-regaló” un premio por algo que ellos mismos orquestaron. Como un joven que se saca un 10 con algo de trampa en el examen y se regala a sí mismo un dulce. Pero es un récord y es digno de los libros Guinness: Lamborghini creó el desfile con más ejemplares de Lamborghini en la historia en el circuito de Suzuka, para celebrar sus 60 años de existencia.
Si bien ya nos habían mostrado un auto especial por ese aniversario, y que los 60 años de Lamborghini se cumplen en mayo, la marca no resistió ante ese récord. Es más, hay algo que conecta a Japón con Lamborghini, porque esa fue la primera nación que recibió al Countach moderno. Además, ese Huracán 60 aniversario fue hecho por un artista japonés, y la marca aprovechó para presentar al Sterrato en suelo nipón. Quién diría que una marca italiana sería tan japonesa.
Celebración al estilo italo-japonés
Volvamos al asunto del récord, porque fueron 251 los ejemplares de Lamborghini que se juntaron para celebrar esos 60 años. Los hubo de todo tipo, como Miura y Countach clásicos, hasta los modernos Urus, Gallardo, Huracán o Aventador. La marca incluso llevó consigo dos ejemplares restaurados de un Countach y dos joyas de sus primeros días: un Islero y 350 GT.
¿Cómo es que llegan 251 Lambos a Japón? Aparentemente los nipones aman a la casa de Sant’Agata Bolognese. Y no falta el cliente acaudalado que llevó en avión o barco a su Lamborghini, quizá con algo de motivación y ayuda por parte de la marca. No es coincidencia que los oficiales de los récords Guinness estuvieran presentes, todo era plan de Lamborghini para sacarse un récord que difícilmente alguien más va a romper.
Con eso dicho, estos son tiempos de buena fortuna para Lamborghini, así que no quieren escatimar en gastos para gozar su aniversario número sesenta. Junto a la reunión en Suzuka, muchos de los asistentes hicieron parte de un tour por Japón, que los llevó por diferentes sitios turísticos de esa nación, como la histórica ciudad de Kioto. Ojalá la fortuna le siga sonriendo a la marca, mientras quien le escribe se pregunta si le mandaron una invitación a alguno de los dos dueños de un Urus en Colombia.