Olvídese del tratamiento Maybach o AMG para la camioneta más grande de Affalterbach. La verdadera demostración de poder está en el rugir de un V8 con casi 900 hp, y no en los logos proyectados en las puertas o los kilómetros de cuero en el interior. Esa es la filosofía que decidió seguir Brabus al crear el “900 Superblack”, nombre que no transmite toda la locura que es tener un Mercedes-AMG GLS tan poderoso.
Uno pensaría que por el doble de lo que vale un Mercedes-AMG GLS, la creación de Brabus tendría el doble de poder. Y no, pero sí tiene el doble de lujo y locura, además de ser más veloz. Bueno, rápida en términos de una camioneta de tres filas y un peso que excede las dos toneladas. Honestamente, si esta fuera la versión AMG, tendría mucho más argumentos para seducir a todos los compradores alrededor del mundo, incluyéndonos.
Tanque germano para “volar bajo”
Ya conoce la fórmula de Brabus. Ellos toman el V8 de 4 litros de Mercedes-AMG, lo agrandan a 4.5 litros, le colocan sus propios sistemas, ECU, turboalimentadores y escape. Al final de todo el rugir de ese V8 produce 888 caballos de potencia y un torque limitado a 1.050 Nm, para proteger la transmisión automática de 9 marchas. Con semejante poderío esta enorme camioneta se impulsa de 0 a 100 km/h en 3.8 segundos (5 décimas menos que un AMG GLS 63) y a fondo superará con creces los 320 km/h.
Olvídese de llevar a su familia, esta es una camioneta para siete supervillanos. O seis, si prefiere tener chofer. Opinión controversial: su interior es mucho mejor logrado que el de un Maybach. Seguro, este último agrega poltronas y materiales exóticos, pero nada supera el cuero negro con aspecto de sofá clásico que recubre el tablero, volante, consola central y asientos del Brabus 900 Superblack.
En el exterior Brabus aplica la cantidad acertada de fibra de carbono, con sutiles difusores y aletas aquí y allá. Enormes rines de 24” acentúan la presencia siniestra de esta camioneta, que está más cercana al suelo gracias a un sutil ajuste de suspensión que rebaja 2.5 cm. ¿Es totalmente innecesaria? Como casi todo lo que toca Brabus, sí. Pero eso no le quita lo atractivo a la idea de tener semejante SUV con más potencia que un Ferrari y más negro que un concierto o video de My Chemical Romance.
