¡Hola de nuevo Mansory! Ya era hora que regresaran a bendecir los ojos del mundo con alguna de sus creaciones. En el menú del día de hoy está una lección de cómo transformar el perfil suavizado y aerodinámico del nuevo Range Rover para lucir como un mafioso genérico o un billonario malvado con poco gusto y una colección de autos de Mansory.
En efecto, este Range Rover por Mansory parece traído del año 2002, época en la que músico o actor de Hollywood que se respetara necesitaba un Hummer H2, Cadillac Escalade o Range Rover. Para rendir tributo a esos “buenos tiempos”, Mansory abre su inagotable fuente de fibra de carbono y maquilla de pies a cabeza al Range Rover y el resultado, si bien exagerado, no es lo peor que ha hecho el preparador en su historia.
Menos aerodinámico pero más rudo
Para empezar está el capó con rejillas de ventilación, obviamente en fibra de carbono. Sean funcionales o no, ayudan a que el V8 de BMW Land Rover administre con más gusto su incremento en potencia, que ahora es de 611 caballos. Todo gracias a un nuevo sistema que gobierna el ECU, exprimiendo un poco más de desempeño, 850 Nm de torque y un 0 a 100 km/h en 4.3 segundos.
El tratamiento continúa al frente, que ostenta un nuevo splitter y elementos “aerodinámicos”, parrilla oscurecida y el logo de Mansory. Los faldones laterales también tienen un nuevo diseño bastante intrincado. La clásica rejilla en los costados de Land Rover fue exagerada por Mansory, todas las molduras oscurecidas y luego está la parte posterior: allí ahora vive un gigantesco (e innecesario) difusor en la parte inferior que eclipsa el spoiler ubicado en la compuerta trasera.
Los gigantescos rines de 24” en aleación ligera intentan seguir la vibra aerodinámica del Range Rover, por si el resto de fibra de carbono no arruinó su corte. El interior es lo típico que esperaría de Mansory, con materiales más costosos y suaves, colores cuestionables y logos del preparador por doquier. Al final del día no es la peor creación en dejar los laboratorios de Mansory, pero es un poco excesiva y cuestionable para nuestros gustos.
