Al ser humano le encanta lo prohibido. No necesariamente porque no sea políticamente correcto, sino porque en ciertos países no se pueden encontrar algunas cosas que en otros sí. Por ejemplo, en Japón tienen mil sabores de Kit-Kat, mientras el resto del mundo debe conformarse con dos o tres sabores. Pasa lo mismo con la Toyota Tundra y la Hilux, dos pickups que no comparten mercado; los que tienen la Tundra en su país piensan en la Hilux y viceversa.
Pasa hasta con Lexus y Toyota, no sobran las conversiones de Fortuner SW4 o Prado a modelos “más lujosos”. Tailandia es una nación donde no sólo tienen a la Toyota Hilux, también allá se produce; pero no tienen acceso a la enorme Tundra, hasta ahora. Básicamente un taller de personalización decidió solucionar el problema tomando una Hilux y sometiéndola a una fuerte cirugía de rostro para parecerse a su hermana mayor.

Tundra a la tailandesa
Honestamente no es lo más loco que ha salido de Tailandia, mucho menos Asia. En China fabrican mini camionetas eléctricas con todo tipo de rostros clonados, así que no es una sorpresa.
En esencia un taller de personalización creó una conversión para reemplazar el frente y parte posterior de una Toyota Hilux con el de una Tundra. Y a simple vista no parece que no hubiese nada mal, hasta que piensa en las dimensiones. Por cierto, está conversión aplica para cualquier Hilux de séptima u octava generación hecha después de 2011.
Ruda en empaque mediano

Icon Cars es el responsable de esta transformación extrema. Notable sí tiene en cuenta que la Tundra mide un metro más que la Toyota Hilux (6,4 m vs 5,3 m). El taller adapta luces de la Tundra real, replicando la enorme parrilla con acentos cromados que domina el rostro de la Tundra, con todo y sus logos, luces antiniebla y estilos. Porque sí, puede tener el acabado cromado de la Tundra Capstone o el más rudo de la Tundra TRD Pro, con la inscripción Toyota y barra LED.
Los pasos de rueda adelante y atrás fueron ensanchados dramáticamente, recordando a las pickups estilo flareside que gustaron en Estados Unidos. Atrás se añadieron los faros verticales dobles y la compuerta con la inscripción TUNDRA. Complementan nuevos rines, faldones e inscripciones Tundra, para confundir a aquellos que no sepan que es una Hilux.
Bajo el capó su motor turbodiésel de 2,8 litros, 201 hp y 500 Nm no cambia. Aunque sí recibe una suspensión más capaz con mayor despeje al suelo y llantas todoterreno más grandes. No está mal, luce convincente así no sea una Tundra real, además de que es la única forma de tener una Tundra en otros países sin necesariamente importar una. Ahora a esperar a la conversión de una Fortuner, con el mismo chasis de la Hilux, a una Sequoia “light”