Subaru recordó que la nomenclatura STI existe, y no es exclusiva para el Impreza/WRX, o el BRZ, tal y como los viejos tiempos. Porque el Subaru Forester recibe el tratamiento de STI, para recordarnos la época en la cual el modelo era una extraña mezcla de station wagon y crossover con líneas cuadradas y el motor de un Impreza. Aunque no todo es color de rosa, porque este modelo es sólo para Japón, y es en esencia un paquete de apariencia.
El problema es que, por estos días, el Subaru Forester es un vehículo más “convencional” y familiar, en contraste a su más curiosa primera generación. Además, STI solía ser un nombre reservado sólo para el más alto desempeño, y aunque las regulaciones en torno a emisiones nos privaron de otro Impreza WRX STI, el nombre vivirá como una opción de alto desempeño para autos eléctricos, como el Solterra. Así que la existencia del Subaru Forester STI no tiene mucho sentido.
Deportiva solo en apariencia
Aún así, Subaru insistió en ponerle un atuendo más atlético a la Forester, con la insignia STI al frente. El primer y único cambio en desempeño es un par de amortiguadores frontales modificados por STI. Los rines tienen un diseño único y crecen en tamaño a 18”, y el exterior recibe molduras y apliques de color negro, porque ese es el color oficial de la deportividad. No pueden faltar las insignias STI que pueblan el exterior e interior.
La tapicería del interior ahora es de cuero napa bitono que combina el negro y rojo Burdeos. El logo STI aparece en los apoyacabezas y en los diales del panel de instrumentos, y ahí termina la lista de cambios. Mecánicamente, un motor bóxer turbo de 175 hp y 300 Nm de torque se encarga de mover al Forester; con una caja CVT administrando toda la potencia a las cuatro ruedas. No es precisamente un auto de carreras, pero al llevar el logo STI, se espera más.
