Si pensaba que los diseños de BMW son controversiales, hay una forma de hacerlos más escandalosos. Y no, no es con labial rojo y una parrilla más grande, sino con la vieja técnica de arrojar más potencia a la mezcla. Puede que el BMW Serie 7 e i7 sean berlinas cuyo propósito es lucir serias e intimidantes mientras llevan a la gente más poderosa del mundo, pero eso no significa que tienen que ser lentos y aburridos, por eso es que existe el nuevo i7 M70. En pocas palabras, es la forma final del ostentoso Serie 7.
Claro que el que se va a divertir con el BMW i7 M70 es el chofer y no el dueño. Aunque eso requeriría que su chofer designado tenga un momento para escaparse y sentir el poder de los motores eléctricos. O tener un jefe que le encanten unos buenos “arrancones” mientras va camino a su trabajo. En ambos casos, el i7 tiene potencia con creces para responder y escapar de una persecución si es necesario.
Moviendo 2.2 toneladas de 0 a 100 km/h en 3.7 s
Del BMW i7 como tal ya hemos dedicado varias palabras. Es controversial y aguerrido, perfecto para ejecutivos cortados a la vieja escuela o millennials dueños de su propia compañía que siempre quisieron un Bimmer y pueden alardear de que este salva al planeta. En ambos casos, el pasajero de la silla trasera puede, con un chasquido de sus dedos, salvar miles de vidas y la economía de una nación, o arruinar la carrera de sus subordinados y hasta provocar una guerra. Que puede ver en plena comodidad a través de la enorme pantalla de cine atrás.
Entonces hablemos de lo que logra en concreto el BMW i7 M70. Esta variante la prometió la gente de Baviera cuando revelaron al nuevo Serie 7, y consigue el título de eléctrico más poderoso de la marca, tal y como debería serlo. Particularmente el motor del eje trasero es capaz de 483 hp por sí solo, pero para mantener la cordura la potencia combinada de ambos propulsores es de 650 caballos. Esos son 40 más que el i7 xDrive60, pero donde se notan los cambios es en el torque. En el modo Sport este asciende a 1015 Nm, pero si se usa el control de lanzamiento el tren motor exprime otros 85 Nm, para un total de 1100.
¿Necesita una limusina control de lanzamiento? Para nada, a menos que quiera humillar Ferrari o algo así. Tampoco necesita un chasis más rígido para manejar ese torque y aceleración en las curvas, ni una suspensión más dinámica o frenos más efectivos. Pero el BMW i70 M70 los tiene, en caso de que sea imperativo ir a fondo mientras aprovecha la total serenidad y lujo que lo envuelven en la cabina.
Limusinas que se creen supercar
BMW nos dice que la batería de 102 kWh no sufre ante el incremento de poder. Su autonomía es de 488 a 500 km, un poco menos que un i7 convencional, pero eso sí permite que su chofer tenga el pie pesado. En el caso que lo tenga, el sistema limita el potencial del i7 M70 a “solo” 250 km/h. Si es estrictamente necesario, un modo de “electrones máximo” limita la velocidad a 90 km/ para aprovechar cada voltio. Y seamos francos, debería estar siempre en ese modo porque un i7 no será conducido de forma agresiva.
Estéticamente BMW M intenta mezclar un traje de correr con el frac que ya luce el i7. La carrocería está contrastada por acentos negros, faldones laterales y un difusor trasero. En el caso que quiera más, el paquete M Performance añade un spoiler trasero y más molduras negras. El i7 M70 llegará a finales de este año, y mientras tanto desfilará en el Salón de Shanghái, porque es el lugar perfecto para cautivar a esos billonarios que desearían una limusina así de absurda.
