Hay un nuevo “chico malo” en la cuadra, directo desde Inglaterra para reinar por encima de todas las camionetas de alto rendimiento. Esta es el Aston Martin DBX707, un DBX con esteroides que irrumpe en el mercado de las SUVs potentes con 707 razones para mandar a callar a Lamborghini y Porsche. Los ingleses no se van con juegos y esperan que su salvaje y brutal camioneta conquiste el Nürburgring y sea todo un hit en ventas; o como ellos lo dicen: “que represente el 60% de las ventas del DBX”. Bastante optimista considerando el precio de este auto, pero ese es un detallito para después.
Corazón alemán mejorado por los ingleses
Si bien el Aston Martin DBX707 es tan ingles como el té, bajo su capó respira y ruge un motor alemán. Este es el V8 de 4 litros que Mercedes-Benz utiliza en la gran mayoría de sus modelos de alto desempeño, sólo que “modificado” a los estándares ingleses. Con un mapeo especial en el ECU del motor, y dos nuevos turbos con rodamientos, el DBX707 produce 707 PS (de ahí su nombre), o 697 hp y 899 Nm de torque. Si lleva las cuentas en casa, este Aston Martin es más poderoso que un Lamborghini Urus (641 hp) o un Porsche Cayenne Turbo GT (631 hp); aunque está a la par del Cayenne Turbo S-E Hybrid (690 hp) y cerca de un Jeep Trackhawk (707 hp).
Para demostrar que van en serio por el título de la SUV más ridícula y rápida, Aston Martin equipó al DBX707 con una transmisión secuencial de 9 marchas con embrague multidisco húmedo. Es decir, esta mole cambia de marchas en un parpadeo y arranca desde cero como alma en pena. Aston Martin asegura que el 0-100 km/h esta flotando entre los 3.1 y 3.3 segundos, con una velocidad tope de 311 km/h; más que suficiente para un auto de más de 2 toneladas.
Aston Martin también mejoró el diferencial electrónico de la DBX707, otorgándole un modo para entregar el 100% del torque a las ruedas traseras, si lo desea. Como es de esperarse, hay varios modos de manejo, particularmente los más “picantes” GTSport y Sport+ así como un control de lanzamiento Race Start. Todo para que se sienta todo un piloto de F1 y que esta enorme SUV se sienta como un auto que pesa 1000 kg menos.
Un DBX “llevada al límite”
Como en Inglaterra sí hay curvas, a diferencia de Estados Unidos, Aston Martin también se concentró en la maniobrabilidad. El chasis fue reforzado y masajeado para dar más agarre y estabilidad; y la suspensión de aire fue retocada para ayudar en las curvas. Frenos de carbón cerámicos de seis pistones, con discos de 420 mm adelante y 390 mm atrás son los encargados de parar a esta bestia. El paquete aerodinámico también es nuevo, con un splitter frontal, difusor trasero y ductos para enfriar los frenos. Rines de 22 o 23 pulgadas son las opciones para calzar al DBX 707.
Porque Aston Martin también es una marca de lujo, el interior del DBX707 está elegantemente forrado en cuero de alcántara, con asientos tipo cubo. La pantalla y selector central fueron rediseñados para acomodar la nueva actitud de la DBX 707. Las molduras externas ahora son negras, en vez de cromadas, y las luces LED exteriores fueron retocadas. Si lo prefiere, Aston Martin personaliza su DBX707 con el interior y colores que necesita, por si quiere crear una afrenta al buen gusto inglés. Todo esto tiene su precio: unos $235.000 dólares, 50 mil más que una DBX estándar. Aston Martin nunca dijo que tanto desempeño sería económico.
Aston Martin ya tiene planes para que el DBX707 se dé un paseo por el Nürburgring para destronar al Cayenne como rey del lugar. Todo con la excusa de un “test de llantas”. Falta ver cómo responden los alemanes a este reto que presentan los ingleses. También resta ver qué trae entre manos Ferrari, que lleva rato probando su Purosangue SUV.
