Dicen que el tamaño no importa, en especial si se trata de un regalo de cumpleaños y la intención es lo que cuenta. BMW se tomó esas palabras a pecho porque además de otras celebraciones, los 50 años de la división M tienen un nuevo presente sobre la mesa. ¡Y vaya que es uno controversial y enorme! Salude al BMW XM, un modelo desarrollado exclusivamente para la división M y que posee un importante legado a cuestas. ¿A qué me refiero? Este es el sucesor espiritual del BMW M1, el único supercar de la marca y primero en ser solo para la división M.
Ahí no para el asunto, porque el BMW XM es un auto de muchas “primeras veces”. Es el primer M híbrido, el primer M que puede rodar con potencia 100% eléctrica si se requiere, y el primer BMW en generar una controversia tan grande que eclipsó la riñonera del M3 y M4. No puedo ver cómo algo así pueda causar tal alboroto (nótese el sarcasmo). Pero gústele o no, este titán bávaro está aquí para quedarse, y trae unas credenciales en desempeño que merecen por lo menos consideración.
Imponiendo su estampa y potencia
Tras esa “nariguera” brillante del BMW XM se esconde el clásico motor V8 4.4L biturbo, actualizado para recibir esa ayuda híbrida. Esta última compuesta de una batería de 25.7 kWh y un propulsor que genera por su cuenta 197 hp. Combinando estas fuerzas de la naturaleza BMW exprime 644 equinos y 800 Nm de torque, convirtiendo al XM en el auto más poderoso (de producción) en la historia de BMW.
No se preocupe que esa distinción será corta, porque hay un XM Label Red en camino, que promete 735 caballos de potencia y 997 Nm de torque. Llámelo excesivo, pero semejante poder es necesario para mover los 2750 kg de este tanque germano. Alguien tenía que competir de tú a tú con el Ferrari Purosangue y Lamborghini Urus, y Bimmer respondió al llamado, aunque de manera exagerada.
Dice BMW en su extenso comunicado que la velocidad tope está limitada a 250 km/h, o 270 km/h si se tiene el paquete M Driver. Este atleta con sobrepeso no es lento de 0 a 100 km/h, parando los relojes en apenas 4.3 segundos. La tracción es en las cuatro ruedas (con prioridad en el eje trasero), la suspensión es adaptativa con resortes en acero y estabilización electrónica incorporada (y créame que lo necesita). Frenos M Sport con dos configuraciones se esconden tras los rines de 21, 22 o 23 pulgadas.
Desempeño y lujo en igual mesura
Sabe, BMW quizá pudo llamar a este titán un X8, y no hubiese recibido tanta controversia. Pero así son las cosas, y además de posar como un auto deportivo más ágil de lo que aparenta, el BMW XM es lujoso. En serio, la cabina tiene una sensación a auto clásico, o a cómodo sillón que encontraría en un consultorio de un psicólogo u odontólogo. La iluminación ambiente hace del interior un lugar más acogedor de lo que cree.
Para un auto de su tipo hay un sinfín de opciones en el interior, que incluyen cromo oscurecido, aluminio pulido, fibra de carbón o alcántara. BMW iDrive 8 pone el toque moderno a la pantalla de 14.9 pulgadas, así como al cluster digital de 12.3. Puede que aquí no halle la pantalla de cine de un Serie 7, pero si tiene toda la tecnología y asistencias de este.
Varios modos de manejo permiten que exprima cada gota de potencia, conserve gasolina (¡La ironía!) o ruede de forma 100% eléctrica, con un rango máximo que BMW no quiso revelar. Del exterior podemos decir muchas cosas, como que parece una nevera con dos dientes de conejo, o un BMW X7 con una grave inflamación en el cuerpo. Algo sí concederemos y es que el diseño extremo del concepto original fue “descafeinado” en la versión de producción, y se ve más como un buque de lujo que otra cosa. Además, cuando su precio inicia en los 160.000 USD, un vehículo así es cuestión de gusto.
