Paren todo, porque hay sorpresa desde Alemania. No fue el M3 Touring, ni el pequeño M2 por el cual echaron la casa por la ventana los bávaros. Esta, y solo esta, es la justificación de todo el misterio que BMW ha generado en torno a los 50 años de su división M. ¡Vaya motivo! Porque el icónico nombre CSL regresa mejor que nunca, esta vez adornando al poderoso BMW M4. Ahora es más potente, más ligero y con unas hermosas luces LED ámbar que no solo recuerdan al CSL original y otros M3 clásicos, sino a los BMW M3 GTR E46 que dominaron las pistas a principio del siglo XXI.
Tras la nomenclatura CSL se esconden unas implicaciones bastante serias. Coupé Sport Leichtbau, o cupé deportivo ligero. Tal denominación apareció en el legendario M3 E46 hace dos décadas, con 110 kg menos respecto al M3 normal, llantas semi slicks y 17 hp adicionales. Además de cargar con el nombre de una leyenda de las pistas, el BMW 3.0 CSL, conocido como Batimóvil por su paquete aerodinámico, sus infernales 750 hp y sus triunfos en IMSA y DTM. ¿Este BMW M4 CSL hace honor a tan ilustre pasado? Me atrevo a decir que sí, y posee argumentos de sobra para llenar semejantes zapatos.
Toda la furia del seis cilindros de Baviera
Vamos directo al grano: esta es quizá la forma definitiva y final del venerable 6 cilindros twin turbo 3.0 de BMW. El CSL toma prestados componentes del BMW M4 GTE de pista, para elevarse con creces por encima del M4 Competition. Son 543 hp y 650 Nm de torque los que tiene a su disposición este Bimmer, con el torque entrando a las 2.950 RPM. El M4 vive y respira para circular cerca al limitador, ya que los dos turbos producen 2.1 BAR de presión, y posee un cigüeñal ligero y reforzado, un nuevo sistema de escape con válvulas variables para que este bebé cante todo el día a más de 6.000 RPM sin sudar.
Toda esta fuerza viaja a las ruedas traseras exclusivamente. Nada de sistemas xDrive, un deportivo con este pedigrí es sólo RWD. Sólo por eso perdonamos que no haya una opción manual, sólo una trasmisión secuencial M Steptronic de 8 marchas. El control de tracción permite un modo drift, porque por supuesto que tiene este modo, y el chasis es mucho más rígido que un M4 normal. La altura del BMW M4 CSL es 8mm más baja que el modelo normal, con una suspensión adaptativa y cinética totalmente revisada con nuevas barras antivuelco y ajustes para la configuración multibrazo del eje trasero.
No todo es agregar, porque el lema del BMW M4 CSL es “ligereza”. Y lo que sobra, tiene que tirarse a la basura. Usando componentes con materiales como fibra de carbón, aluminio, titanio, así como la eliminación de materiales aislantes en la cabina y nuevos frenos en carbón cerámica, la dieta suma un total de 100 kg menos. Con todo, el M4 CSL pesa 1.625 kg y le ofrece toda la experiencia de un auto de carreras para la calle. BMW dice que este monstruo es el auto con los registros de vuelta más rápidos que ha visto en sus modelos, y si presiona el acelerador a fondo eventualmente llegará a 308 km/h.
Silueta musculosa e inconfundible
Pero eso no es todo, contemple su diseño. Sí, la riñonera, pero todo lo demás simplemente encaja. Es un cupé alemán de alto desempeño, justo como lo recetó el médico. Las luces poseen un patrón especial atrás, como hilos de luz flotando tras los lentes de los faros, y adelante las luces diurnas Laserlight son ámbar, para ese aspecto de auto de carreras o clásico. BMW presume de su logo clásico en la cresta del alerón cola de pato y las insignias CSL con acentos rojos únicos. Estos toques carmesí siguen en el capó, parrilla, faldones laterales y splitter frontal.
Aquí podría hablar de su sistema de entretenimiento y equipamiento, pero, ¿realmente importa? BMW dotó a este auto con sus sistemas más recientes, pero al manejar esto nada de eso interesa. Quizá la pantalla sólo es útil para ver los cambios del modo de manejo, o la aplicación para analizar sus tiempos de vuelta o sus derrapes. ¿Sillas tipo cubo? Pero claro que sí, siga y tome asiento frente al volante forrado en alcántara y olvídese del resto. Sólo el camino o la pista importan.
¿Qué es lo malo? Bueno, que NO tenemos uno. Y quizá nunca lo tengamos, porque BMW sólo creará 1.000 unidades del M4 CSL. Todas costando una fortuna, o 140.000 dólares, para ser precisos. Por lo menos no es tanto como el magnífico Porsche 911 Sport Classic. Ahora que lo pienso, ambos autos son muy similares en intención, potencia y su estado como futuro clásico.