De-Tomaso-P72-versión-final
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Hace 50 años Alejandro De Tomaso decidió crear un deportivo que combinara el estilo y elegancia italianos con un corazón V8 americano. Hoy, la nueva encarnación de De Tomaso, con todos los ires, venires y dificultades, replican esa filosofía presentando al bellísimo P72. Un auto que ya deja de ser un render y pasa a ser un vehículo tangible que, como los Gordon Murray T.50 y T.33, demuestra que los deportivos pueden ser bellos, análogos e interesantes otra vez.

Claro, muy pocos aquí podremos costearnos un De Tomaso P72, quizá ni siquiera un Pantera o cualquier otro modelo histórico de la marca. Pero sí podemos dejar que se nos haga agua la boca y admirar una pieza de ingeniería automotriz. Quizá no a la altura de Koenigsegg o Pagani, pero sí De Tomaso va en serio, tal vez un día los recordemos con la misma estima.

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Arte con cuatro ruedas

Normalmente no empezamos con el interior de un nuevo modelo, pero es que solo mire esa cabina tan maravillosa, moito bene. El De Tomaso P72 hace gala de una cabina hecha a la medida con metal pulido, ninguna pantalla a la vista y una transmisión manual de 6 velocidades. Lo más exquisito esta en la consola central, con los mecanismos de la transmisión expuestos para el deleite de todos.

Es un interior vieja escuela refrescante, con un claro énfasis en el estilo, los botones físicos y la elegancia. Dos sillas tipo cubo y cuero de color crema complementan los detalles en metal pulido, con muchas formas esféricas y un curioso volante ovalado. Casi que el interior se roba el espectáculo y en medio de los botones sólo hay una montura para un celular, sólo si realmente lo necesita.

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Sólo contemple la belleza de esta cabina hecha realidad.

Pasando al exterior, la nostalgia se mantiene porque el P72 luce como un deportivo de los años sesenta listo para conquistar Le Mans. Piense en los Ferrari 330 P4, los Porsche 917, incluso los Ford GT40 MKIV. También hay inspiración directa en el De Tomaso P70 que la marca hizo con ayuda de Carroll Shelby y carrocería Ghia.

Note las luces redondas, esa nariz baja y alargada, las curvas pronunciadas sin ángulos agresivos, la ausencia de alerones descomunales y esa cabina en forma de gota de agua, ubicada en el centro del P72 cual monoplaza con sus pasos de rueda cubiertos, como el Mercedes W196. Su chasis es hecho a la medida y en fibra de carbono, con ligeros efectos suelo como un difusor trasero.

El toque final son los acentos dorados que cubren la piel del P72, en especial esos preciosos rines con un estilo definitivamente “setentero”. Aunque De Tomaso asegura que cada P72 será único e irrepetible.

Estilo italiano, poder americano

En línea con la tradición impuesta por el Pantera, el P72 usa un V8 Coyote de 5 litros, con pistones forjados y un sobrealimentador, entregando 700 caballos de potencia y 819 Nm de torque. Aparentemente tiene modificaciones hechas por Roush, para controlar esos 700 equinos a través de la transmisión manual de 6 velocidades.

Así fueron los Pantera, Vallelunga, Mangusta y Guará, así que el P72 sigue esa tradición de un V8 de Ford. Es un auto para disfrutar de la conducción, no para romper récords ni ser el más veloz. Es una pieza de arte nostálgica, con pocas asistencias electrónicas, suspensión tipo pushrod con amortiguadores ajustables y apenas lo justo para un modelo de producción limitada. 

Que, señala la marca italiana, será de sólo 72 ejemplares. Cada uno demandando un valor superior al millón de euros, sin contar la personalización. Tal vez si todos juntamos dinero, podríamos en unos 20 años comprar uno. 

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. Hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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