Con la presencia de Genesis y sus autos premium, es fácil olvidarse que hace un tiempo era Hyundai mismo quien ponía el nombre a sus modelos de lujo. Y el buque insignia de Hyundai tenía nombre y hasta apellido propio: Grandeur o Azera, y lleva consigo una tradición de casi 40 años siendo el auto insignia de la marca, particularmente en su natal Corea del Sur.
Claro que si usted sigue de cerca las noticias de Hyundai, recordará que la marca creó un Grandeur retro-moderno con motor eléctrico y luces pixeladas por doquier. Pues este enorme sedán es el heredero y parece como si la van Staria y el IONIQ 6 eléctrico hubieran tenido un hijo. Y ese hijo creció para ser un reconocido dignatario asiático (aunque con raíces de Mitsubishi).
Concepto futurista
Lo más probable es que Occidente jamás reciba al nuevo Hyundai Grandeur, pero quizá llegue en forma de algún Genesis. El hecho de ser un imponente sedán y tener un diseño futurista y minimalista a la vez lo convierten en un auto bastante interesante.
Quizá el único elemento fuera de sitio es la forma del baúl, la cual posee una curva dramática que corta la caída del techo fastback. Quién diría que una curva tan pronunciada no combina con algo como una línea recta, que en este caso representa los faros traseros del Grandeur.
Detalles como la barra lumínica frontal (y faros en la parrilla), el capó o frente alargado y las proporciones rectas de la cabina inspiran un aire que evoca el pasado, pero también el futuro. ¿Recuerda la película Robocop o Volver al Futuro? Un auto así encajaría a la perfección como “auto del mañana pero interpretado en los ochentas”. Mucho mejor que el extraño rostro con forma de pez del anterior Grandeur/Azera, y supuestamente llegará en algún punto de 2023.
Derroche de “grandeza”
Sin duda alguna la cabina del Grandeur se ve más futurista y avanzada que su exterior minimalista, y al ser el auto insignia de Hyundai tiene que serlo. Hay una mezcla de minimalismo con la calidez de una sala de estar y la tecnología de un laboratorio de la NASA. Hay pantallas, pero también botones físicos y superficies táctiles para hacer de toda la experiencia algo menos complicado.
Aunque sin duda alguna este es un auto para que lo transporte un chofer, no conducirlo, así que la butaca de atrás se ve bastante cómoda. Hyundai no quiso revelar figuras (como es costumbre) sobre lo que motiva esta combinación de futurismo con simplicidad. Pero si nos basamos en el modelo anterior, un propulsor híbrido más motores V6 y turbo serán elecciones sensatas para mover al Grandeur. Una lástima que no saldrá de Asia, ni que tampoco preste su diseño para un auto más compacto como el futuro IONIQ 7, o algo como el Elantra/Sonata.