Preparen sus cascos para pensar, porque el tema que viene es complejo e interesante. El vicepresidente de las líneas de montaje del Porsche 911 y 718, Frank-Steffen Walliser, dijo que no habría un 911 eléctrico pronto. Para ser más precisos, Walliser dijo que “Es mucho más difícil hacer un automóvil deportivo apropiado. Por ejemplo, no veo el 911 eléctrico por el momento, la tecnología aún no está ahí.” Básicamente dijo que la tecnología de propulsión eléctrica no estaba a la altura como para fabricar un 911 eléctrico. Pero, y ¿el Taycan qué?
Walliser le dijo al portal australiano Drive que “nuestra estrategia es mantenernos flexibles. Estamos muy comprometidos con lo eléctrico en un lado y (los motores de gasolina) por el otro”. Un momento, ¿acaso Volkswagen (dueño de Porsche) no iba a invertir más en el desarrollo de motores a combustión interna? Pues sí… y no. Aunque Porsche está bajo el control de Volkswagen, una intrincada historia de negocios y familia le da cierta independencia para desarrollar su propia tecnología. Mientras Volkswagen ya le puso fin al desarrollo de las transmisiones manuales, Porsche es el niño rebelde de la familia y aún está trabajando con ellas.
Lo mismo pasa con el tema de la propulsión. Volkswagen ya puso una fecha límite para dejar de fabricar motores a gasolina, el temido 2030. Por otro lado, Porsche parece estar aceptando a regañadientes este plazo al desarrollar al Taycan y al Macan eléctricos. Sin embargo, los de Porsche son más tercos que un estadounidense republicano antivacunas. Ellos (los de Stuttgart) no quieren sucumbir a los engañosos frutos de la electrificación y por eso están trabajando en otras alternativas. ¿Sigue con su casco de pensar puesto? Bien, ahora, póngalo a máxima potencia.
El presagio de un viejo conocedor
Volvamos al pasado. Por allá en el 2008, James May probaba un Honda Clarity, un auto a hidrógeno en el programa Top Gear. De manera acertada, Jay Leno apareció en ese programa y dijo que autos como el Clarity salvaría a los vehículos que funcionan a gasolina. La idea es que un vehículo eléctrico o a hidrógeno sería ideal para moverlo día a día, mientras que los deportivos de antaño como un viejo 911 aún servirían para salir de paseo el fin de semana. Espero que aún me siga la corriente, porque esto es lo que Porsche está haciendo precisamente.
El 911 es el ícono más importante de Porsche. Es uno de los autos pioneros de la marca, así como su modelo más longevo y la ingeniería que le han invertido es espectacular. De alguna manera lograron que una idea estúpida de colgar un motor detrás del eje trasero funcionara. Tomaron eso que condenó al Corvair a la ruina y lo hicieron funcionar como auto de carreras y deportivo. Convertir semejante pieza de excelencia automotriz en un simple 911 eléctrico, porque así lo quiso una normativa, no es de puristas. No por nada aún fabrican repuestos para sus autos más antiguos. Además, ellos saben que los beneficios de los autos eléctricos son paños de agua tibia ante el problema del cambio climático.
Contra viento y marea
Porsche ama tanto al 911 que se resiste a dejarlo caer en la moda eléctrica. “Que tomen al Taycan, les daremos al Macan y en algún momento al 718, pero a mi 911 no” gritaron frenéticamente. Bueno, no fue así exactamente. Walliser afirmó que “Estamos invirtiendo. Estamos trabajando en motores de (eco-combustible). Estamos viendo todas las opciones”. Se refiere a los e-Fuels, esa idea de hacer gasolina utilizando la contaminación ambiental y que usará Red Bull en 2026. Entonces, todos calmados, que Porsche la tiene clara. Para el día a día puede usar el Taycan o el Macan EV y así cumplir con las normativas de emisiones europeas. Mientras tanto, puede mantener su 911 de siempre para salir de paseo los fines de semana alimentado con combustible sintético. Hasta aquí todo bien, pero ¿dónde encaja el 911 híbrido en todo esto?