Filtraciones o no, BMW cumplió su palabra de revelar al nuevo M3 CS en las 24 horas de Daytona. Solo que no lo hizo el sábado antes de la carrera, sino justo después de la clasificación, en la cual no le fue tan bien a sus prototipos M V8 híbridos. Pero no importa, este es un M4 CSL de cuatro puertas, y el segundo sedán más poderoso de Baviera, tan solo por detrás del M5 CS. Antes de que usted reclame, el M8 Competition es más potente que este M3, pero ante los ojos de BMW aquel es un cupé de cuatro puertas. No nos reclame a nosotros, sino a ellos.
No le miento con declarar que el BMW M3 CS es un M4 CSL de cuatro puertas. Primero porque todos saben que el M3 es un M4 de cuatro puertas, y segundo porque BMW aprovechó toda la magia del motor y chasis del CSL para este flamante sedán de color verde encendido. Ahora solo falta tener un M3 CS Touring para completar la trifecta de vehículos familiares con mucho picante de Baviera.
Perfeccionando el seis cilindros turbo
Ignore por un momento la nariz del BMW M3. Ya hemos dicho hasta al cansancio lo que pensamos al igual que el resto de la prensa, así que sobra decirlo. El color verde signal intenta robarse las miradas, pero los acentos rojos adelante no ayudan. Tras ese frente respira el eterno motor seis en línea twin turbo 3.0 de BMW. Solo que mejorado con partes del M4 GT3 de competencias, particularmente en el cigüeñal y la refrigeración.
Con esas mejoras el BMW M3 CS hace gala de 543 hp a las 6.250 revoluciones por minuto, con un gigantesco par motor de 650 Nm desde las 2.750 RPM. No es el seis en línea más poderoso de BMW, pero sí el que tiene más torque. Una caja automática Steptronic de 8 marchas desata el poderío de ese motor llevándolo a las cuatro ruedas. Podría ser de doble embrague, pero al menos esas transmisiones de BMW son lo suficientemente veloces.
Artilugios para ir al límite
Por supuesto que el M3 CS accede a toda la parafernalia de suspensión, controladores y frenos que BMW M adora. La primera por ejemplo posee amortiguadores recalibrados, con control electrónico de amortiguación y dirección variable de acuerdo a la velocidad. La suspensión y monturas del motor son más rígidas, porque este es un auto pensado para el circuito y no la calle.
Con el toque de un botón el M3 CS se convierte en un auto de tracción trasera, para deleitar al analista de derrapes de BMW. Los frenos pueden ser de material compuesto o carbono-cerámica y son más grandes que los de un M3 estándar. BMW incluso instala llantas semi lisas para pista de forma estándar, aunque si lo prefiere ellos las cambian por cauchos más “amables” para el uso diario. Y como podrá imaginarse, tiene control de tracción, estabilidad y demás artilugios para que domine la bestia bajo el capó.
No obstante, donde el M3 CS brilla es en su dieta de fibra de carbono. Ese material puebla el techo, el interior, el frente rediseñado con aletas laterales, el difusor y spoiler traseros, tomas de aire frontales y hasta los espejos. El escape es de titanio para reducir aún más el peso. Con todo, es 20 kg más ligero que un M3 Competition, marcando 1.765 kg en la balanza. Aunque es más ligero, no se acerca a los 1.625 kg del M4 CSL, pero aquel tiene la ventaja de tener menos puertas y butacas.
Con más rojo y fibra de carbono
En el interior se encuentra el ya típico panorama de BMW. La pantalla curva se actualiza con el sistema iDrive 8, e integra panel de instrumentos y entretenimiento. El primero es de 14.9” e incluye luces para indicar el momento óptimo para subir de marcha. El segundo es de 12.3” y permite seleccionar los ajustes óptimos para la pista, al igual que los modos de manejo o el M Drift Analyser que califica sus derrapes. Ya sabe, lo que trae todo BMW M por estos días.
Las butacas son en fibra de carbono, al igual que las levas del volante (forrado en alcántara). El M3 CS tiene acentos rojos por doquier, adornando sus insignias, parrilla y detalles del interior. BMW también agrega las luces LED ámbar inspiradas en sus autos de carrera y rines únicos con acabado en color bronce. Por cierto, hay más colores fuera del verde, pero todos son bastante discretos.
BMW nos dice que el M3 CS será una serie limitada, pero no nos dice a cuántos números. Quizá sean 1000, justo y como pasó con el M4 CSL. La producción de este sedán para la pista arrancará en marzo de este año, y BMW pedirá la friolera de 120.000 dólares por el privilegio de tener uno. Y eso es sin opciones ni equipamiento adicional.