A falta de Land Cruiser en Norteamérica, la Highlander viene al rescate. Algo así como el personaje de Sean Connery en la película que también se llama Highlander. Iniciamos la oleada de novedades en el Auto Show de Chicago con un bus nipón, literalmente. Se trata de la Toyota Grand Highlander, un modelo estirado para darle al público norteamericano otra SUV con tres filas de asientos para que acomoden sus familias numerosas, o tengan un espacio titánico de carga. Lo peor es que este auto no es el más grande que ofrece Toyota en esa región.
No tiene que analizar mucho antes de darse cuenta que es una Toyota Highlander regular que se sometió a una estirada considerable. Al menos es un modelo nuevo y que le da algo de frescura al portafolio de la marca, considerando que no hay Land Cruiser (en EE.UU.) y que la 4Runner tiene los años de Matusalén. Curiosamente la Toyota Grand Highlander decide usar un diseño diferente a la Highlander normal, y si le pregunta a este servidor parece una mezcla entre todas las otras SUV de Toyota: una espolvoreada de RAV4 por aquí, otra de 4Runner por allá, algo de Land Cruiser (o Lexus LX 600) y el toque final: unas gotas de Sequoia. Por si las insignias no dejan claro que este es un producto de Toyota.
Todo es más grande en Norteamérica
De forma predecible, la Toyota Grand Highlander usa la misma plataforma de su hermana pequeña (TGNA-K). Misma arquitectura que usan otros modelos como la RAV4, Crown y Lexus RX. Solo que estirada para superar los 5 metros de largo (5.1m), agregando 16 cm más a la Highlander estándar. 10 de esos centímetros están en la distancia entre ejes, y Toyota nos dice que la Grand Highlander es 5 cm más alta y 6 cm más ancha que esa hermana menor.
Para mover esta SUV más grande Toyota eligió un propulsor más potente y eficiente. Se trata de una unidad de cuatro cilindros y 2.5L con turbo y motor eléctrico que también está presente en el Crown «crossover-sedán». Dicha unidad hace que la Grand Highlander marche a la perfección con 362 caballos de potencia y un par motor de 542 Nm (o 400 libras-pie, si quiere sonar gringo). Toyota adorna todo diciendo que es un motor eficiente y va de 0 a 100 km/h en 6.5 segundos pero lo que le interesa a ese mercado es su capacidad de remolque, que es de 2267 kg. Después de todo, la idea es remolcar con este auto, y de paso hacerle competencia a cierto Mazda también con tres filas.
Si no lo atrae este propulsor por alguna razón, hay una opción más compacta. Es el mismo motor de la Highlander regular (2.4 turbo), con asistencia híbrida y unos 265 hp. Esta opción tiene acceso a una caja automática de 8 marchas y tracción delantera o en las cuatro ruedas; con la Highlander Hybrid Max 2.5 recibiendo una caja CVT. De nuevo, todo lo que gusta y busca el conductor estadounidense promedio.
Típico de Toyota… con algo de alcurnia
En cuanto a amenidades encontrará una cabina llena de cuero y una tercera fila sorpresivamente amplia. La pantalla de info-entretenimiento es de 12.3″ y posee sonido JBL, controles análogos (por fortuna), conectividad inalámbrica y radio satelital. La consola central tiene puertos USB tipo C, carga inalámbrica y una montura para una tablet, extendiendo la conectividad de la pantalla central. Más puertos USB-C aparecen en la segunda y tercera fila (para un total de siete) y todo lo que las familias norteamericanas necesitan: 13 portavasos como mínimo.
Como es típico en autos modernos encontrará asistencias de seguridad (Toyota Safety Sense), cámara 360º en modelos más equipados y modos de tracción, una estampa de las SUVs modernas. Con elementos como sillas ventiladas para la segunda fila, acabados premium en bronce para la tapicería y una gran calidad de construcción, la Toyota Grand Highlander casi se siente como un Lexus. Tal vez esa es la idea, brindar una camioneta que se acerque a Lexus pero no sea Lexus ni tenga el tamaño de una Sequoia ni el frente de un LX 600. O en otras palabras, una Land Cruiser LC300 con una tercera fila que puedan usar los mortales.