Citroën-Basalt-Vision
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Con ustedes el próximo “sedán” de Citroën para Latinoamérica, así en grandes comillas. Adiós al veterano C-Elysée y hola al Basalt, un cupé-SUV compacto para agrandar aquel segmento algo ambiguo de autos con suspensión levantada. Bueno, corrección, este es el Citroën Basalt Vision, una forma bonita de expresar que es casi la versión final de producción.

A propósito de ello, se producirá en Brasil como lo sospechamos a partir de finales de 2024. Más que un “sedán”, el Basalt es la respuesta de Citroën al segmento cupé-SUV que comienza a crecer en Latinoamérica, cortesía del Fiat Fastback y Renault Arkana. No se extrañe si más modelos de ese corte comienzan a emerger de otras marcas, como Chevrolet. Y la única forma de alimentarlos o detenerlos es la respuesta del público.

Cambiando sedanes por crossovers

Citroën-Basalt-Vision
En esencia, adelante tiene una versión más deportiva del frente que lucen otros Citroën.

Parte de la estrategia conocida como C-Cubo para Latinoamérica, el Basalt Vision es el tercer miembro de esa familia, después del Citroën C3 y C3 Aircross. Lógicamente, utiliza la misma plataforma de estos dos y, aunque Citroën no lo reveló, usará los mismos motores, transmisiones y detalles mecánicos.

Por ahora lo único que reveló la casa francesa es su diseño, el cual encoje al máximo la idea de un cupé-SUV para encajar en el segmento B. La apariencia es un amalgama de detalles que ya vimos en los C3. Por ejemplo, su frente con faros abstractos es el mismo del C3 Aircross, mientras que tintes de sus costados y dimensiones corresponden al pequeño C3.

Los clásicos pasos de rueda con molduras plásticas conducen a una zaga con un corto techo fastback, un baúl con un sutil spoiler y faros traseros que se extienden a los guardafangos. La cuota “aventurera” la coloca una placa de deslizamiento trasera y el uso de plásticos grises y negros.

Citroën-Basalt-Vision
Dada su más corta longitud, la silueta cupé-sedán-SUV no resulta tan fluida, como sí ocurre con los Citroën C4 X y C5 X.

No es un diseño polémico ni nada por el estilo; pero sí resultan algo extrañas sus proporciones, casi de caricatura. Percepción aumentada por su corta distancia entre ejes y longitud, datos que Citroën no reveló. Me arriesgo a decir que está entre los 4 y 4,2 m de extensión, similar al C3 brasileño.

Apuesta francesa para conquistar Sudamérica

Su interior también es un misterio, ya que Citroën sólo reveló imágenes externas del Basalt Vision. Nombre que la marca preservará para el modelo final, cuyo debut está previsto para finales de este año y que hace referencia al basalto, robusto material que se encuentra en las zonas volcánicas del planeta.

Es una apuesta grande, porque Citroën apunta a que el segmento cupé-SUV se popularice en Latinoamérica y no se quede como un asunto para autos premium, como bien lo saben Audi, BMW, Mercedes-Benz o Volvo.

La mejor forma de hacer eso es ocupar de forma apropiada el peldaño que deja el C-Elysée. Un sedán que si bien no era vistoso, cumplía una labor noble de ofrecer transporte para cinco, equipamiento relativamente sólido y consumo decente de gasolina. Si el Basalt se presenta con buenos argumentos en equipamiento y seguridad, tendrá más opciones de resaltar en ese variado segmento de crossovers que puebla la región.

Es un cambio radical frente al sedán C-Elysée. Uno que dependerá de la recepción del público ante su silueta tan diferente.
Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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