Hace un tiempo a GM se le ocurrió instalar el motor de un Corvette C7 ZR1 en la Cadillac Escalade. Toda una idea descabellada, pero en EE.UU. eso es normal. El asunto es que no todos pueden acceder a semejante titán con un precio bastante elevado. Por fortuna Hennessey tiene una solución, e involucra una Cadillac Escalade estándar y un sobrealimentador tan grande como el estado de Texas.
Ya sabe que el lema de Hennessey es “la potencia nunca es suficiente” así que esta Cadillac Escalade no podía ser la excepción. No es tan ridícula como una Ford F-150 Raptor R, o el mismísimo hypercar de Hennessey con el triple de poder, pero es más que apropiado. Ideal para navegar la selva de cemento con siete u ocho pasajeros a bordo.
Para familias (y raperos) con mucho afán
Hennessey inicia retocando varios elementos del LS V8 de 6.2 litros de la Cadillac Escalade. Este desarrolla 420 hp y 623 Nm de torque en su configuración de fábrica. Así que Hennessey instala escapes en acero inoxidable, refuerzan el cigüeñal y cambian el computador que controla el motor (ECU). Todo en preparación para un gigantesco sobrealimentador de 2.9 litros y un intercooler para controlar la temperatura. ¿Ya le mencioné que todo esto también aplica para la Escalade de chasis extendido?
Con esto la Escalade asciende a 650 caballos de potencia y 893 Nm de torque, todos viajando a las cuatro ruedas a través de la transmisión automática de 10 marchas. Cual buen muscle car, Hennessey ignoró la suspensión y otros aspectos, esta Escalade vive y respira para acelerar en línea recta y nada más.
Esta mejora cuesta unos 28.000 dólares, sin contar el vehículo donante. La ventaja es que viene con garantía de 3 años o 57936 km, y que dicho sobrealimentador es compatible con otros vehículos de GM. Como la Silverado ZR2/GMC Sierra AT4X, la Chevy Tahoe o Suburban y cualquier otra camioneta que use este V8 (L87). Así que la Escalade no es la única en recibir un incremento absurdo de potencia, por si su gusto en camionetas de GM es más específico.