¿Sabe lo que esto es? No solo es la copia china de una Toyota Land Cruiser, es literalmente un auto que pasaron por la lavadora y se encogió. Porque solo eso explica sus proporciones tan extrañas y un rostro calcado a la SUV insignia de Toyota.
Considérelo como la secuela a la copia de una Tundra que vimos hace un tiempo. Es más, ya se había tardado China en calcar a la famosa Toyota Land Cruiser en su última generación, en vez de producir kits para imitarla. Y como es costumbre con este tipo de “plagios automotrices”, muy poca información se tiene sobre este mini SUV de proporciones extrañas, cuya única marca visible es un nombre extraño: Kuluze.
Extraño, como todo lo que produce China
Una búsqueda de Kuluze en Google no revela mucho, y si es en extremo curioso encontrará sitios de partes por Aliexpress y después de mucho hallará que es una marca automotriz. La verdad es que en China existen tantos fabricantes de autos que seguirles la pista es difícil. En esa nación existe un segmento de autos eléctricos citadinos (o low speed EVs) que en esencia son como los cuadriciclos en Europa. Vehículos amigables con el medio ambiente, accesibles para jóvenes y con velocidades limitadas a 40 o 60 km/h. Un ejemplo claro es el Citroën Ami u Opel Rocks-e.
Llavero con forma de Land Cruiser
Nuestros colegas de Carscoops dieron con las imágenes de esta mini Toyota Land Cruiser 300 China en la red social Weibo. Que es como Facebook, pero con vigilancia del gobierno chino. Casi parece un kei car a juzgar por sus dimensiones, como una Mitsubishi Minica Dangan o Pajero Mini, pero con un frente cuadrado para imitar la estampa de una LC300. La parte de atrás es la misma historia, con faros miniaturizados de la Land Cruiser.
Las proporciones diminutas no le hacen favores al diseño de una Land Cruiser normal, y casi resultan cómicos, cual auto de payaso. Del interior no existen fotos pero debe ser algún habitáculo genérico y lleno de plásticos duros como suele ser el caso para China. La cereza en el pastel son las calcomanías en los costados que no tienen sentido, y las microscópicas ruedas que se antojan más pequeñas que las de un Renault Twizy.
No se extrañe que una copia como esta termine en venta en algún sitio extraño de internet. Y que alguna empresa los importe a Norteamérica como un vehículo eléctrico amigable con el ambiente. En especial porque en EE.UU. no se ofrece el modelo LC300, y algo tiene que llenar su vacío. Y sí, sabemos que la Lexus LX 600 existe, pero no queremos arruinar el chiste.
