Rolls-Royce-Spectre-eléctrico
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Existe una anécdota curiosa en la historia automotriz, y consiste en las declaraciones de uno de los fundadores de Rolls-Royce. Charles Rolls declaró hace más de 100 años que “un auto eléctrico es silencioso y limpio, sin vibración ni suciedad y serán perfectos cuando existan las estaciones de carga adecuadas”. 120 años después tenemos la infraestructura, la tecnología y esta berlina: el Rolls-Royce Spectre eléctrico.

Lo extraño está en que Rolls-Royce haya tomado tanto tiempo para crear su primer auto eléctrico, pero la casa británica (bajo la sombrilla de BMW) es sinónimo de perfección, y un auto como el Spectre no podía apresurarse. El resultado es masivo, y no solo por destilar opulencia por todos sus poros (y estrellas en la cabina), sino también por su tamaño. Esta berlina mide más de 5 metros, y aprovecha cada uno para “salvar al planeta” y envolverlo en un vehículo tan exclusivo que olvidará que su rostro tiene tintes que recuerdan al nuevo BMW Serie 7.

Indudablemente bello y aerodinámico

A diferencia del Serie 7 (y su contraparte con motor eléctrico), el Rolls-Royce Spectre no tiene una pantalla de cine. Aunque si usted tiene uno de estos probablemente es dueño de un cine en casa, y una franquicia de teatros y centros comerciales. 

Con eso dicho, el Spectre (no confundir con aquella película de James Bond) sí tiene tres pantallas en el tablero. Una corresponde al panel de instrumentos 100% digital, otro para el entretenimiento y la tercera es para simetría y para decir que su auto tiene tres pantallas. Y antes de que lo pregunte, el Spectre sí tiene la clásica sombrilla escondida tras las puertas suicidas de este cupé. 

Para un auto de 2.9 toneladas (!) y 5.4 m de largo, el Spectre es un auto extremadamente aerodinámico. Con un coeficiente de 0.25, el mismo del Mercedes-Benz EQE, Rolls-Royce logra un auto eficiente con el que esperan dar un rango aproximado de 520 km. Hasta el Espíritu del Éxtasis fue rediseñado por un equipo que invirtió más de 800 horas en transformar al adorno del frente en un elemento más distinguido. Para que note las prioridades de Rolls-Royce.

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Puede que se vea igual, pero el Espíritu del Éxtasis fue rediseñado y ahora la dama alada está más inclinada para hacerla más aerodinámica.

“Suficiente potencia y rango”

No obstante, nuestros amigos ingleses se abstuvieron de dar figuras de baterías, potencia y torque. Supuestamente el sistema de 105 kWh es capaz de llevar 577 hp y 900 Nm de torque a las 4 ruedas. Configuración similar a la presente en el BMW iX e i7, aunque el chasis no es el mismo. Por el contrario, Rolls-Royce utiliza la plataforma en aluminio del Phantom, adaptada a las baterías y propulsor eléctrico del Spectre. 

En términos de diseño este vehículo es innegablemente un Rolls. Aunque las luces frontales den un sabor a BMW, y las traseras a Bentley, pero todo lo demás es tan decadente como una tetera hecha en oro y diamantes. Puede que no sea técnicamente el primer Rolls-Royce eléctrico, ya que el Phantom 102EX es recipiente de ese honor, pero el Spectre tiene el rango, la usabilidad y el lujo que aquel auto no logró conseguir.

Delicadezas inglesas

No podemos irnos sin abordar el interior, con un espacio curado para 4 personas (aunque el acceso a la segunda fila se ve algo estrecho). Los parales de las puertas ahora poseen el cielo estrellado que Rolls-Royce patentó, con un total de 4800 luces LED regadas en la cabina. La cabina usa los materiales más finos que el dinero puede comprar, y como siempre es personalizable. La transmisión no tiene modos extraños, salvo por un ajuste para manejar con un solo pedal, gracias al frenado regenerativo. 

Las puertas cierran con la suavidad que solo posee una caja llena de gatitos, y el habitáculo posee suficiente insonorización para que usted se duerma con un concierto de Metallica sonando a todo pulmón en el exterior. Ayuda también la complicada suspensión adaptativa que ocupa casi todo el frente del auto y permite que las ruedas de 23” sean tan estables como una escultura en el museo del Louvre. 

Si es masoquista y quiere escuchar precios, esta berlina cuesta al menos 400.000 dólares y eso sin opciones extravagantes. Por si su cartera no salió espantada ante esta figura, un flamante Rolls-Royce Spectre llegaría a su puerta a finales del próximo año.

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Es de mi agrado informarle que la sombrilla más cara del mundo automotor sí acompaña al Spectre.
Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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